Testimonio 33

«La diferencia entre un graduado en derecho y un abogado, radica en atravesar un proceso de evolución. Buscar una identidad, una construcción profesional y también personal. Ana me acompañó es ese proceso. Como mentora compartió conmigo su forma de ejercer la profesión, para demostrarme que yo podía encontrar la mía; compartió conmigo lo que sucedía a sus clientes, para demostrarme la importancia de un asesoramiento responsable y siempre  constructivo; compartió conmigo su respeto hacia los demás colegas, para demostrarme que no hay enemigos, sino solo dos partes intentando resolver un conflicto; compartió conmigo el análisis profundo de sus casos, para demostrarme que un abogado debe comprometerse con el caso que asume. La mentoría, me abrió la puerta al mundo de nuestra apasionante y maravillosa profesión. Gracias Ana!»