«Cada laboratorio legal me permitió conocer “la línea de vida” de un caso real, dentro de un expediente. Lo que sucede en cada etapa, y los circunstancias que tenemos que ir resolviendo en cada una de ellas, tanto las procesales como abogados, como también las que presentan las partes que viven personalmente el conflicto. Me permitió conocer las posibles salidas a situaciones complejas o inesperadas que no están en los códigos procesales, y la utilización correcta y oportuna de las herramientas legales disponibles para el caso particular.»