Las relaciones no terminan de un día para el otro. A veces un hecho desencadena una crisis que se estuvo gestando durante mucho tiempo. Confundir el hecho desencadenante con el verdadero motivo de la crisis es más común de lo que pensamos.
Pareciera que el “problema” se alimenta a lo largo del tiempo a partir de situaciones ignoradas, dejadas de lado, no escuchadas, en definitiva postergadas sin respuesta. Así, se forma una especie de bola de nieve que crece, crece y en determinado momento, pensamos que el impacto es inevitable.
A veces, a partir de un hecho fortuito, la vida te da la oportunidad de abrir los ojos y el corazón, notando la presencia de esa bola de nieve, antes del impacto.
¿Cuán afectada puede verse la relación frente al problema? y ¿con qué recursos cuentan las personas que integran esa relación para sortear la crisis? Dependerá del grado de fortaleza que tenga ese vínculo, y tal circunstancia puede que sea directamente proporcional al tiempo que le hayas dedicado a comprender, escuchar, pensar y reflexionar junto al otro.
Las expresiones “está bien”, “déjalo así”, “basta no hablemos más” o la falta de intercambio de opiniones o desacuerdos de ningún modo deben ser confundidos con un acuerdo o conformidad. Estas son las pequeñas cuestiones que alimentan el problema.
La afirmación “La pandemia fue el problema que produjo la ruptura” parece no considerar que el problema existía antes de la pandemia. Creo que esa situación límite le otorgó al problema la oportunidad que necesitaba para madurar y devenir en crisis.
El asumir la responsabilidad personal en la formación de los problemas que determinan el final de una relación cualquiera sea su naturaleza, implica reconocer que nuestras conductas u omisiones pueden incidir en el problema al no haberle dado un lugar. Ignorar los problemas no los hace desaparecer. El asumir que somos actores en la crisis, que nuestro proceder -por acción u omisión- la ha alimentado, y que la pandemia, es un elemento más del contexto, puede ser el primer paso para poder hacer algo.