Habitualmente en los divorcios y separaciones, la separación física es anterior a la separación jurídica y a la vincular. En estos casos, cuando la consulta legal llega al abogado, las partes ya no conviven. El concurrir a un estudio jurídico, es el paso que precede al inicio de la separación jurídica, sea judicial o extrajudicial. Las preguntas que podrían surgir son ¿Qué esperan las partes de la justicia? ¿Que cuestiones puede dirimir la resolución judicial? ¿ Puede el juez, a través de su labor, modificar la situación que llevó a tomar la decisión de separarse? ¿Puede la decisión judicial modificar la conducta del otro? ¿Puedo a través de la ley cambiar al otro? ¿Puedo a través de la ley castigar al otro? ¿Lo que las partes piden en el proceso judicial tiene encuadre jurídico? En esa circunstancia pareciera prudente poder separar los objetivos jurídicos de los objetivos vinculares. Esto permitirá ver que hay cuestiones que la ley no resolverá y que no se agotan con la sentencia. ¿Qué se puede hacer con esas cuestiones que no resuelve la ley?: Primero reconocer su existencia, porque si bien no serán resueltas por la ley tendrán incidencia a la hora de tener que tomar decisiones jurídicas. Segundo, saber que aún cuando no se las reconozca, existen, y si no se le da un espacio de elaboración como podría ser un ámbito psicoterapéutico, invadirán cada ámbito de contacto que exista entre las partes. Ayuda a la comprensión traducir esto a un ejemplo: se está negociando como se dividirán los bienes patrimoniales y una de las partes reclama un mayor porcentaje del establecido legalmente. Cuando se consulta cuál es el fundamento para esa diferencia patrimonial, se esgrime que quién reclama no fue quien tomó la decisión de separarse, por tanto esa parte no es la responsable de truncar el proyecto de familia, y quiere un reconocimiento económico por dicha situación. Allí, puede verse claramente como una cuestión que hace a la separación vincular (quien fue responsable de la decisión de separarse), incide en una cuestión jurídica (como se reparten los bienes) y si no se resuelve bien, a través de un asesoramiento jurídico que contemple estas diferencias, puede llevar a iniciar un proceso judicial, que no dará respuesta a esa petición de índole económica porque no tiene fundamento jurídico ni reconocimiento legal. A veces, el expediente judicial suele ser una forma de contacto para preservar el vínculo. Y vale la pena repregunta: Está preparado para separarse?
En muchos casos, se le pide a la justicia algo que no puede dar.