«Sabes Ana que recién releía tu nota. Hay algo en el proceso de tu trabajo que siempre me pareció muy interesante. Al hablar contigo es como si de pronto uno incorporara una mirada más abierta, optimista también, despejando y dando otra perspectiva al punto de que se despierte la fantasía (en mi caso) de que, en realidad, el conflicto no existe como tal. Osea, todo podría recomponerse. Y lo que en realidad sucede es que uno se va alejando del enojo para poder pensar con una claridad distinta que, aporta una mirada más ecuánime y permite reconocer que no es que el conflicto no existe, simplemente está ahi pero no es un obstáculo para pensar. Es un hecho y hay que tener el valor de atravesarlo.»